jueves, 11 de diciembre de 2008

El derrumbe de las fantasías

Salte dentro de un cuadro, su camisón de algodón me sensibilizaba. Roce sus tiernos pechos, acaricie la memoria. Nos tomamos de la mano, mis manos por fin eran calidas, por fin dejaban de ser falanges de hielo. Fui feliz por un instante… consagrado en los cielos, humedeciendo sus pies en los pastos del edén. Pero la escena comenzó a resquebrajarse, en algún oculto rincón de mi cabeza donde no puedo llegar, donde simplemente no puedo, ella duerme y junto a su cuerpo tieso: el derrumbe.

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