Mi papá se sostenía del brazo de mi madre,
sobre un libro, sobre los rezos de cada mañana,
en el amén.
Mi papá arrastraba los pies, sobre los años,
sobre sueños marchitos, olvidos…
en el amén.
Acaso seguirá intacto el nombre de mi infancia?
Se escuchara el croar de esa habitación en Chile?
Mi papá
¿sostendrá entre sus labios de no despertar
en el amén?
sábado, 30 de mayo de 2009
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