Jugo de manzana en el piso de un colectivo
rumbo a Humahuaca.
Parecen todos fugitivos.
Un niño boliviano, proletario, gorila a su lado.
Algo conmueve.
Ese algo son las trenzas de una niña indefensa.
Satanas nos mira a los ojos
mientras
cruza los dedos.
El infierno no tiene huecos
y el calor del colectivo se hace mas intenso.
jueves, 22 de enero de 2009
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